sábado, 11 de julio de 2015

¡Excursión a Langa!


Hola a todos.

Ya hemos vuelto todos de la excursión de Langa. Y si nos preguntáis cómo, os diremos que muy cansados pero muy contentos.

Han sido tres días muy chulos en los cuales los chicos han podido acampar y dormir en tiendas de campaña, ver animales de campo, darse algún que otro paseo por la naturaleza y, sobre todo, alejarse un poquito de la rutina de una gran ciudad.

Incidentes ninguno. Un niño se nos puso un poco malito con algo de fiebre, pero solo por fue causado por el cansancio y por un poco de sol de más. Al día siguiente por la mañana, tras descansar bien ya estaba en perfectas condiciones.

Os cuento un poco todo lo que hicimos.

Los mayores llegaron a Arévalo antes de llegar a Langa, que como están en fiestas, había un desfile de gigantes y cabezudos. Los gigantes muy chulos, pero los cabezudos... los niños no sabían el carácter afable de estos en los pueblos, y que llevan una porra de papel para dar en el culo a quien se ponga cerca. ¡Y vaya que alguno recibió algún periodicazo en el culo!
Después de eso fuimos a comer a un famoso restaurante de Arévalo llamado "La posada". La comida muy rica y muy bonito el recital de se dio con las copas al pasar toooooodos los dedos por encima de ellas, pero bueno, estaban entretenidos y practicando cosas muy útiles para cuando salgan a comer con vosotros a algún lado. ¡De nada!

Nos fuimos a Langa, donde Segundo, su mujer Teresa y su magnífico gato llamado "Gordita", nos estaban esperando para darnos algunas instrucciones, repartirnos en tiendas y enseñarnos su casa. Los tres agradecidos de tener la compañía de tantos niños, aunque los tres también preocupados por diferentes cosas. Teresa organizando los bocatas, la barbacoa, los baños etc etc. El gato un tanto irascible al comprobar que unos humanos pequeños le iban a fastidiar la siesta y le estaban invadiendo su jardín. ¡Su jardín! Y Segundo calculando en cuántas semanas conseguiría volver a tener el césped igual de verde que antes. Pero en cualquier caso muy amables y contentos de tenerlos por allí un año más.

Después de organizarnos en las tiendas, nos fuimos a las piscinas. Sin incidentes. Baños y chapuzones en el agua, alguna que otra bolsa de patatas que compraban en el bar, pero poco más.

Después de la piscina, hicimos una visita a "Valtodano", donde cogimos agua fresquita de manantial para la cena y cena.

Por la noche velada de juegos y canciones y a dormir, que estábamos todos bastante cansados.

A la mañana siguiente fuimos de visita a una vaquería. El señor de las vacas nos explicó como nunca cómo funcionaba la explotación, y alguna que otra explicación sobre el comportamiento de las vacas, el celo, y toros a la carta que muchos no entendieron, pero que dejamos en que luego Tamara tranquilamente se lo explicaría :-)

También nos dio tiempo a hacer un taller. Hicieron cariocas en el parque del pueblo.

Después nos fuimos a la piscina donde comimos y merendamos tranquilamente.

A la tarde, los mayores tuvieron una gymkhana muy especial. Los separamos en grupos, nos distribuimos los monitores por diferentes sitios del pueblo y los soltamos para que consiguieran superar todas las pruebas que les dimos.
Una de ellas era saber cuántos habitantes tenía el pueblo, cómo se llama el alcalde y el alguacil, saber quién es el habitante del pueblo más joven. Pero otras pruebas eran algo más complicadas. Como conseguir un huevo frito. ¡Y vaya si lo consiguieron! Alguno trajo pan y todo, y no trajo patatas fritas porque tenían prisa para acabar cuanto antes todas las pruebas.

De cenar barbacoa. Cinta de lomo, panceta, chistorra (que estaba más que buena, en mi opinión) y pinchos morunos. Y de postre fruta. Melón y sandía. Que no le extrañe que la próxima vez que vuelva vea crecidos en su corral unas cuantas plantas de sandía y de melón. ¡De nada eh!
Los niños comieron todo lo que quisieron y más. Todo riquísimo.

Por la noche velada. Hicimos gimkhana, juegos de correr por la plaza (unos cuantos juegos) y a dormir. También sin incidentes.

Por la mañana, nos levantamos y recogimos todo y nos fuimos un rato al parque a jugar hasta que llegaran los pequeños.

Al mediodía nos juntamos los pequeños y los mayores, y mientras unos se instalaban, los otros recogían y se preparaban para irse.

Los pequeños hicieron más o menos lo mismo que los mayores. Piscina, ruta hasta un merendero, barbacoa y velada de juegos y canciones.

Como anécdota, a la hora de dormir algún que otro grito y susto al encontrarse "forfículas auricularias" en las tiendas, algún que otro "pyrrhocoris apterus"  bien escondido y durmiendo en alguna que otra esquina de la tienda, y una polilla, que tuvo la  muy mala suerte de escoger como lugar de descanso una tienda llena de bichos, y esta vez no me refiero a ningún invertebrado. La polilla efectivamente descansó, pero por desgracia para siempre :-)

Segundo nos despidió en la puerta de su casa, y algún que otro niño, agradecido, le recompensó el trato recibido con un beso, antes de subirse al autobús.

Nos despedimos de Langa hasta, quizá con suerte, el próximo año. Algunos tristes, otros contentos de despedirse de los bichos, pero todos con ganas de volver algún día, porque de verdad que se lo han pasado muy bien.

Muchas gracias a Segundo por dejarnos acampar en su jardín y por el trato recibido, y muchas gracias a todos los que han aportado su granito de arena para que esta excursión saliera tan bien.

Hasta la próxima.

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